El arte de trabajar el mosaico se había practicado en oriente desde tiempos muy remotos. Al principio los mosaicos decoraban solo techos o paredes, pero los romanos no se atrevían a decorar con ellos los suelos por temor a que se estropearan al pisar sobre ellos. Con el tiempo, sin embargo, no solo cubrieron suelos, sino también simples objetos y pequeños paneles.
En un principio los suelos de las habitaciones de la antigua Roma eran de arcilla. Esta se golpeaba con mazos para alisarla y se mezclaba con cascotes para añadir firmeza. Dicho método dio pronto paso a otra clase de pavimento consistente en losas más bien grandes de mármol blanco o parcialmente coloreado que se colocaban en figuras geométricas, con formas variadas de tres, cuatro o seis ángulos. Era el pavimentum sectile, que producía un dibujo ornamental. Pero a veces los suelos estaban compuestos por piezas más pequeñas, teselas cuadradas de igual tamaño, de colores variadas o blancas y negras. Este tipo de mosaico se llama opus tessellatum. Dicho estilo se aplicó por primera vez a gran escala en el templo del Júpiter Capitolino, tras dar comienzo la tercera guerra púnica.
A partir del opus tessellatum se desarrolló el mosaico propiamente dicho, cambiándose las tablillas por piezas de mármol más pequeñas, piedras valiosas como el ónice y la ágata, y cristal. Las piezas, teselas, se colocaban formando dibujos. Cuando las teselas son aún más pequeñas, el procedimiento permite la elaboración de un dibujo muy minucioso con formas onduladas o curvas para representar objetos y animales con gran precisión. Este tipo de mosaico se llama opus vermiculatum.
Antes de colocarse el mosaico, se afirmaba el suelo o se ponía una base de losas de piedra a la que se añadía una capa de yeso que secaba lentamente y era muy adhesiva. En ella se insertaban las teselas de modo que formara todo una masa compacta en la que no podía entrar ni el polvo ni la lluvia. El suelo tenía que quedar perfectamente llano y horizontal, pero con una ligera inclinación que permitiese que el agua se deslizara hacia los sumideros.
Para elaborar las teselas se cortaba el material en láminas finas que a su vez se cortaban en tiras y finalmente se reducían a cubos. Las de vidrio podían teñirse añadiendo diferentes óxidos de metal, y se hacían vertiendo el vidrio fundido sobre una superficie lisa. Luego se cortaba del mismo modo con una herramienta afilada.
Las composiciones son de lo más variadas. Hay motivos geométricos, máscaras y representaciones escénicas, laberintos con la escena de Teseo y el Minotauro, carreras en el circo, representaciones mitológicas, juegos, cacerías y escenas eróticas, batallas e instrumentos musicales. En Bizancio se caracterizaban por el uso de oro en grandes cantidades.
El arte del mosaico era conocido en toda Grecia ya en torno al 400 a. C. Su fabricación tenía por centro principal la ciudad de Alejandría. Uno de los más célebres es el del pavimento del comedor del palacio real de Pérgamo, que imitaba un suelo con los restos de una cena sobre él. Debido a ello, el nombre con el que se conocía esta sala era “el sin barrer”, nombre que se extendió después a los mosaicos de clase similar. En el mismo palacio había otro mosaico con una paloma apoyada sobre el borde de una fuente, con el reflejo de su cabeza sobre el agua. Y en el Museo Real de Nápoles se conserva una escena bélica encontrada en la Casa del Fauno de Pompeya y que probablemente representa la victoria final de Alejandro sobre Darío en Issos. Alejandro avanza desde la izquierda y atraviesa a un jinete persa con su lanza mientras Darío permanece en pie sobre su carro, rodeado de sus seguidores. Su auriga levanta el látigo para fustigar a los caballos y emprender una veloz huida. Mientras tanto la caballería griega ataca a los persas. Se ha dicho que el cuadro podría ser obra de una de las mujeres artistas de la época: Helena, hija de Timón el Egipcio, si bien Plinio lo atribuye a Filoxeno de Eretría. Vespasiano lo llevó a Roma, y el mosaico de Nápoles parece haber sido una copia de dicha obra. Está ejecutado en una gama limitada a cuatro colores: negro, blanco, rojo y amarillo, con sus tonalidades intermedias, y contiene todos los recursos pictóricos al alcance en aquel tiempo: sombreado, expresión de la luz mediante reflejos y destellos, dominio de la perspectiva. La precisión de los detalles es tal que cada pulgada cuadrada se componía de 150 piezas de cristal o mármol.
Los fabricantes de mosaicos se llamaban mosaistas. Este arte llegó a ser tan apreciado por los romanos que Diocleciano promulgó una ley fijando el precio que cada artista podía poner según una calificación previa por grados. Se fabricaban en talleres especiales en los que se diseñaba primero el cuadro y después se dividía según el colorido. De cada parcela se sacaba una plantilla en tela o papiro, y sobre ella colocaban las teselas invertidas. Finalizado este proceso, lo llevaban al lugar en el que debería instalarse el mosaico, para que el artista lo colocara.
La influencia romana en Hispania s.I al IV la famosa pintura perimetral que ha tenido una fuerte influencia sobre usos estéticos actuales.
ResponderEliminarUn arte muy usado en las casas pertenecientes a las familias más importantes .Del legado que tenemos el gusto de poder disfrutar hoy en día en Ampurias se encontraron bastantes y en un buen estado .El más refinado es el que se hacía en el taller la Emblemata (medallones).
Aunque todo lo copiaban por lo menos intentaban darle estética a los elementos artísticos contenidos en la arquitectura :aparte de su uso práctico.Vamos lo que hoy se podría denominar tener sentido de la estética...que es muy necesario para crear un ambiente acogedor.
Buenas noches .
Bisous.
Sí, yo creo que aunque copiaran, sabían darle a todo su propia personalidad. Realmente tenían sentido de la estética, y afortunadamente se conservan muchas de sus obras en los museos.
EliminarBuenas noches.
Bisous
Hola Madame:
ResponderEliminarEn Carranque, un pueblo de Toledo, hay una excavación, de una casa de un noble romano, que tiene unos mosaicos expectaculares. En particular me gustó uno que según el guía, estaba en una habitación destinada a recibir a visitas de otros nobles. mostraba una imagen de la luna en menguante.
Besos
Por fortuna tenemos mucho legado romano en Hispania :)
EliminarEs mucho lo que se conserva. Supongo que significa que hacían las cosas a conciencia.
Buenas noches.
Bisous
Bon nuit Madame
ResponderEliminarIlustrativa entrada la que hoy nos presenta: la primera imagen siempre me ha gustado y ahora comprendo la gran importancia que tiene, pues se encontró en Pompeya y es copia fiel del original, por lo que suponemos que las facciones allí reproducidas deben ser muy semejantes a las de Alejandro Magno.
Feliz fin de semana
Fred
Sí, porque si el autor fue Filoxeno, él lo conocía. Aunque supongo que mostrar un parecido a base de teselas es sumamente difícil. Habría que ver la obra original.
EliminarBuenas noches, monsieur.
Bisous
Efectivamente, nos han llegado muchas de estas obras de arte, porque desde luego lo son. Ahora me viene a la mente la gran colección que la marquesa de Lebrija atesoró en su palacio sevillano. Y otra cosa a resaltar: los métodos de fijación, la capa de yeso que los mantiene adheridos de modo tan duradero; hecho para durar siglos. Otros podrían aprender en sus obras actuales cuando, tratando de ser originales, pegan cerámicas sobre superficies de metal y a los primeros contrastes de temperatura todo salta por los aires. A veces uno llega a pensar qué poco hemos aprendido en los últimos dos mil años.
ResponderEliminarBeso su mano.
Ya lo creo. Ahora parece que hay demasiada prisa para todo. Se antepone la rapidez a la eficacia. y no digamos a la belleza.
EliminarBuenas noches.
Bisous
Una buena lección de historia del arte, Madame. El día que vengáis a Sevilla os llevaré a visitar los restos romanos descubiertos recientemente en la plaza de la Encarnación. Precisamente donde se trataba de reponer el viejo mercado de abastos 30 años después y los restos romanos forzaron el cambio del diseño, ese que en gesto futurista se ha rematado en el Parasol.
ResponderEliminarBisous.
Cuando parece que ya los conocemos todos, descubrimos nuevas ruinas romanas. Nunca dejarán de sorprendernos estos romanos.
EliminarFeliz tarde
Bisous
Buenos días. Soy Isabel, de los blogs "La gaceta de Menfis" y "El templo de Seshat" y he nominado a tu blog al premio Blogger House por su contribución a la blogosfera y sus interesantes artículos. Te dejo el enlace, un saludo. Isabel. http://lagacetademenfis.blogspot.com.es/2015/10/premio-blogger-house.html
ResponderEliminarPues muchas gracias, madame.
EliminarAhora paso por allí.
Feliz tarde
Bisous
Muy meticulosos estos romanos.
ResponderEliminarLa casa que cita Manuel, en Carranque (Toledo) es la casa de Materno, con una maravilla de mosaicos con sus cruces gamadas, algo que llamó poderosamente la atención de los alumnos. Y que hubo que explicarles: los nazis no inventaron nada, ni siquiera su símbolo.
Un saludo.
No, imaginativos no eran más que para inventar torturas. Lo del arte no era lo suyo.
EliminarFeliz tarde
Bisous
Todo un arte lleno de minuciosidad y belleza. Tenaz que que ser un proceso lento y cargado de paciencia. El resultado es que todavía se siguen encontrando mosaicos romanos.
ResponderEliminarUn saludo.
Y esperemos que sigan apareciendo por todas partes.
EliminarFeliz tarde
Bisous