La historia arroja luces y sombras sobre la persona del emperador Galieno. Los cronistas no lo tratan muy bien, especialmente Trebelio Polión, que le guardaba resentimiento por haber retirado algunas atribuciones al senado y recortarle privilegios por la época en la que él era senador. Los relatos que han llegado hasta nosotros describen a Galieno como un libertino preocupado tan solo por sus diversiones, entre las que ocupaban un lugar importante la organización de juegos circenses. Sabemos, sin embargo, que se esforzó por mejorar la vida de las clases más bajas, aumentando los impuestos a los ricos y bajándolos a los pobres; que fue un hábil negociador y que también cuenta en su haber alguna hazaña militar, como la derrota de los germanos, a los que impidió ocupar la Galia. Obra suya fue igualmente la política de reconstrucción del Imperio que fue después continuada por sus sucesores, y la reforma del ejército destinada a reforzar las fronteras.
El emperador celebró con gran magnificencia los juegos decenales, que se remontaban a la época republicana y, como su propio nombre indica, se celebraban en Roma cada diez años. Fue este un asunto que le valió ser acusado de derrochador.
Galieno debía de tener un peculiar sentido del humor, como denotan un par de anécdotas asociadas precisamente a estos juegos circenses de los que tanto gustaba. En una ocasión el emperador presenciaba cómo un luchador trataba de dar muerte a un toro, con tan escaso éxito que diez intentos no fueron suficientes. Para asombro de la multitud indignada, Galieno mandó que le enviasen una corona, que era el premio destinado a los buenos luchadores. Cuando le preguntaron la razón de haber decidido premiar a semejante inútil, respondió:
—Es que tiene que ser muy difícil no matar a un toro intentándolo tantas veces.
En otra ocasión decidió castigar de modo muy peculiar a un mercader que había osado estafar a la emperatriz, Cornelia Salonina, vendiéndole unas gemas que resultaron ser falsas. Cornelia protestó y exigió el castigo del culpable, y Galieno lo condenó a luchar contra un león en la arena. El mercader salió muerto de miedo, preparado para ser devorado y consciente de que no tendría la menor posibilidad, y entonces, para su estupor y el de los espectadores, sacaron una jaula en la que no había ningún felino, sino una gallina. Como explicación, el emperador mandó hacer el siguiente anuncio:
—Cometió una impostura y la ha pagado.
Es decir, que así como el mercader engañaba a la gente, también él había sido engañado al hacerle creer que tendría que defenderse de un león. Después de eso lo dejó en libertad y se dio por satisfecho con el mal trago que había pasado el comerciante deshonesto.
No debía de ser Galieno especialmente sanguinario ni intolerante, puesto que había terminado con las persecuciones de los cristianos que practicaba su padre, Valeriano. Derogó el edicto que prohibía este culto y les devolvió parte de las propiedades requisadas. Admirador de la cultura griega, él pensaba que había que vencer dicha doctrina recurriendo a argumentos intelectuales, y para ello se rodeaba de filósofos y estudiosos. Era poeta y buen orador, aficionado a la jardinería y al arte culinario, aunque se dice de él que también era emocionalmente inestable.
Galieno falleció el 22 de marzo de 268, asesinado por uno de los soldados, seguramente por orden de alguno de los pretendientes al trono. Y es que la época en la que ocupó el trono imperial vio a más de veinte impostores proclamarse emperadores, razón por la que fue llamada época de “los treinta tiranos de Roma”, o de “Los treinta usurpadores”.
Los senadores siempre han sido dados a poner a "bajar de un burro" a los emperadores que recortaron sus prebendas, como ya pasó en tiempos de Calígula. Me imagino que ahora harían lo mismo si algún legislador coherente decidiera suprimir esa Cámara.
ResponderEliminarSobre la forma de "alternarse" en el poder, hoy para cambiar de tirano o de usurpador o de mentiroso compulsivo hay que esperar pacientemente a las elecciones.Y ni por esas.
Un saludo.
Imagine lo que dirán los libros de historia dentro de unos siglos sobre lo que está pasando ahora.
EliminarFeliz fin de semana
Bisous
Me imagino que no debía ser fácil poner orden ni gobernar en aquella época. Jutamente en arte tocamos esta parte de la historia.
ResponderEliminarBisous
Tenía que ser para volverse uno loco si no lo estaba ya.
EliminarFeliz fin de semana, Katy
Bisous
Parece que para aquellos emperadores tan difícil era morir en la cama como para un buen luchador dejar vivo al toro al que se enfrentaba.
ResponderEliminarBeso su mano.
Así es, monsieur. Yo creo que afrontaban más riesgos que un gladiador. Qué fatiguita!
EliminarBuenas noches
Bisous
Gracias, está usted en todo.
EliminarAy, qué susto me ha dado! No lo había visto, no sabía que seguía usted ahí.
EliminarLo del mercader me pareció de lo mas original :D También lo del toro. El gladiador puso su mejor esfuerzo, pero el toro también. :D
ResponderEliminarNo debía ser fácil ser emperador... y no solo por intentar gobernar...
Besos Madame
No, no era fácil, y menos en esta época tan caótica. El emperador tenía que lidiar muchos toros.
EliminarFeliz tarde
Bisous
Recuerdo la teoría que nos explicaron en la carrera de que los emperadores tildados de corruptos, libertinos y, en definitiva, malos emperadores eran siempre aquellos que se habían opuesto a los designios del senado con medidas que favorecían a las clases bajas o que perseguían a los más acaudalados. En el caso de Galieno se confirma la teoría. El sentido del humor, por otro lado, no le faltaba.
ResponderEliminarUn beso
Y debía de ser difícil mantener el sentido del humor en medio de las circunstancias que hubo de vivir.
EliminarFeliz tarde
Bisous
Y a pesar de ser un hombre ilustrado la verdad que busco todos los recursos (...)para seguir gobernando. Pero en vez de unificar y crecer lo que hizo es dividirlo aun más.Malos tiempos para este emperador y eso que tuvo un buen maestro en su padre.
ResponderEliminarFeliz fía.
Bisous.
No podía salir con vida, pero bueno, teniendo en cuenta las circunstancias, duró lo suyo.
EliminarFeliz tarde
Bisous
Demostró que hacía uso del "pensamiento lateral" con esas ocurrencias, y que tenía poca inclinación a las soluciones sanguinarias, dos excelentes cualidades para esa época, y para cualquier otra.
ResponderEliminarBisous y pase usted una buena tarde de domingo.
En efecto. Resulta muy de agradecer después de leer el violento historial de sus antecesores.
EliminarBuenas noches
Bisous
Gran sentido del humor, la anécdota del toro es muy buena.
ResponderEliminarSaludos
La otra fue un humor un poco más negro, pero también tiene su miga.
EliminarBuenas noches
Bisous
no, claramente más que sanguinario tenía o bien sentido del humor o de la justicia. Al mercader le hizo pagar con un buen susto. Qué distintas hubieran sido las bromitas de haber partido de Caligula, Nerón , etc, etc. Saluditos. Claudia.
ResponderEliminarno, claramente más que sanguinario tenía o bien sentido del humor o de la justicia. Al mercader le hizo pagar con un buen susto. Qué distintas hubieran sido las bromitas de haber partido de Caligula, Nerón , etc, etc. Saluditos. Claudia.
ResponderEliminarincluso me quedé pensando que justo reconocer que pocas chances tiene el pobre toro en una lucha tan desigual.
EliminarSí, lo que esos emperadores podían entender por bromitas era como para espantar a cualquiera. Prefiero el sentido del humor de Galieno.
EliminarNaturalmente al toro debió de parecerle poco gracioso. A lo mejor era el pobre toro el que merecía la corona, después de todo.
Buenas noches
Bisous
Todo esto eran cosa propia de los romanos, invasiones , como la de La Galia, traiciones , juego sucio , como el que termino con Galieno .
ResponderEliminarMe pregunto que idiomas hubiera hablado hoy , en Francia , Portugal , y España , si ellos no nos hubieran invadido .
Vaya, no ha subido mi respuesta.
EliminarLe decía, y a ver si esta vez blogger se porta bien, que probablemente hablarían idiomas derivados del gótico, en lugar de derivar del latín. Quién sabe.
Feliz tarde
Bisous
Sin duda Madame
EliminarLos senadores no todos claro no veían con buenos ojos a Galieno, pero si algunos solapadamente dieron su respaldo a este emperador, sin duda loco tan loco no estaba.
Lo del mercader fue de miedo escénico y mejor le hubieron dejado pelear con el gladiador que no pudo matar al toro,.quizás ni a este hubiese logrado matar o el.mercader lo.mata primero.
Un emperador con humor no era moneda corriente en esos azarosos tiempos.
No hubiera sido mala idea enfrentar al mercader con el inútil del toro, no. Seguramente hubiera resultado un combate muy interesante.
EliminarBuenas noches
Bisous
Toda mi simpatía hacia Galieno, gracias a su mano Madame. La anécdota de la gallina enjaulada me ha fascinado.
ResponderEliminarBisous!
Gracias a usted por su atención, madame.
EliminarFeliz ecuador de la semana.
Bisous
me chifla esta página..
ResponderEliminarBárbara
Y a mí que usted nos visite.
EliminarMuchas gracias, madame.
Bisous