Antigua Thubursicu, actual Khemissa
No fueron los romanos los primeros en fundar ciudades en África. La civilización púnica, con capital en Cartago, florecía aún durante el siglo I. San Agustín atestigua que el púnico se hablaba aún corrientemente en Numidia a principios del siglo V, y sobrevivía también la lengua local anterior, el libio, similar al de los actuales bereberes y con un alfabeto afín al que aún utilizan los tuaregs.
Sobre este entramado de culturas fue a superponerse, a partir de la conquista en el 146 de la primera provincia de África (coincidente más o menos con Túnez), una importante emigración romana. Hubo, pues, colonias romanas, municipia latinos, ciudades púnicas, aldeas nativas y tribus nómadas.
El procónsul, con sede en Cartago, tenía el mando de la legión III Augusta. En el año 37 se puso al frente de la misma a un legatus imperial nombrado al efecto, y hacia el 200 la parte occidental de la provincia, donde se encontraba la legión, se convirtió en la provincia imperial de Numidia, bajo el mando del legatus.
En el año 14 Mauritania era todavía un reino cliente regido por Juba II, que había estado casado con Cleopatra Selene, hija de Marco Antonio y Cleopatra. Juba era un hombre culto que mantenía una corte helenizada en Iol, su capital, a la que rebautizó como Cesarea. Las colonias que Augusto había fundado en Mauritania contribuían también a la difusión de su cultura.
Juba II
La prosperidad del África romana fue obra en buena parte del ejército, no sólo por la centuriación (división y reparto de la tierra en parcelas rectangulares a lo largo de las vías principales), sino especialmente por la rápida construcción de las vías militares. En relación con este proceso se daba el asentamiento de las tribus nómadas, así como la construcción, tal vez a partir de Adriano, de un sistema defensivo que iba desde Tripolitania hasta el sur de Numidia.
En el año 17 comenzó una guerra de 7 años llevada a cabo por Tacfarinas, jefe de la tribu de los musulamios. El caudillo, un desertor que había servido en las tropas auxiliares romanas, organizó a su pueblo de nómadas de Numidia en formaciones regulares del tipo romano. Tras varios años de saquear aldeas y sitiar los fuertes aislados del África romana, fue derrotado por Roma, lo que le hizo cambiar de táctica y pasarse a la guerra de guerrillas.
En el año 22 envió una embajada a Tiberio solicitándole tierras en las que asentar a su gente. El emperador se enfureció ante sus pretensiones.
—¡Ni siquiera Espartaco se atrevió a enviar mensajeros! —exclamó.
Ptolomeo de Mauritania
La petición de Tacfarinas fue denegada, y en lugar de la satisfacción que esperaba se encontró con que el emperador enviaba nuevas tropas contra él. Sin embargo, dos años más tarde pudo atacar la ciudad de Thubursicu, en Numidia central, pero fue derrotado posteriormente y resultó muerto con ayuda de las tropas de Ptolomeo, hijo y sucesor de Juba. Esta victoria fue un paso decisivo en el desarrollo de la provincia.
A principios del siglo II hay inscripciones que señalan los límites entre la tierra de los musulamios y la de sus vecinos. Por entonces la legión había trasladado su campamento a Lambesis, aislando a la díscola tribu al norte de la calzada militar.
En el 40 Calígula ejecutó a Ptolomeo y se anexionó su reino, no sin enfrentarse a la resistencia armada que encabezaba Edemón, liberto de Ptolomeo. Tras el aplastamiento de la revuelta se dividió a Mauritania en dos provincias: la Cesariense, al este, y la Tingitana.
Unas cuantas invasiones bárbaras e incidentes internos agitaron África durante el resto del periodo julio-claudio. Luego, mientras una larga lista de emperadores se disputaban el trono entre el 67 y el 80, Clodio Marco, legado de la legión, acuñó moneda por su cuenta, reclutó nuevas tropas e interrumpió el suministro de trigo a Roma, pero pronto fue asesinado.
Mauritania y Numidia
En el 69 el procurador Luceyo Albino, que gobernaba en Mauritania, amenazó con invadir Hispania en nombre de Otón. Se rumoreaba que se había adornado con las insignias reales adoptando el nombre de Juba, pero también fue asesinado mientras navegaba desde Tingitania a la Cesariense
Estas agitaciones y otras luchas durante el periodo flavio no impidieron el rápido desarrollo de la urbanización y la romanización, que a partir de entonces se desarrolla a gran velocidad. El factor más importante de la prosperidad africana fue la obra de asentamiento, confinamiento o expulsión de las tribus nómadas, junto con la protección y expansión de la agricultura.
Bibliografía:
El Imperio Romano y sus pueblos limítrofes - Fergus Millar