Carta de Josefina a Napoleón
Con el permiso de nuestro augusto y querido esposo, debo declarar que no conservando ninguna esperanza de tener hijos que puedan satisfacer las necesidades de su política y el interés de Francia, me complace darle la mayor prueba de cariño y devoción que jamás haya sido dada sobre la tierra. Todo cuanto poseo lo he recibido por su gracia; es su mano la que me coronó, y desde lo alto de ese trono no he recibido más que testimonios de afecto y amor por parte del pueblo francés.
Creo agradecer todos esos sentimientos al consentir la disolución de un matrimonio que se ha convertido en un obstáculo para el bien de Francia, que la priva de la dicha de ser un día gobernada por los descendientes de un gran hombre tan evidentemente designado por la Providencia para eliminar los males de una terrible revolución y restaurar la Iglesia, el trono y el orden social. Pero la disolución de mi matrimonio no cambiará en nada los sentimientos de mi corazón: el emperador siempre hallará en mí a su mejor amiga. Sé cuánto ha lastimado su corazón este acto ordenado por la política y por tan altos intereses; pero ambos compartimos la gloria del sacrificio que hacemos por el bien de la patria.
Josefina, 15 de diciembre de 1809.
¿Es esto espíritu de sacrificio, abnegación patria, o un escrito al dictado? No sé qué pensar.
ResponderEliminarPura resignacion, me imagino, monsieur. No le quedaba otra que firmar y poner la mejor cara posible.
ResponderEliminarFeliz dia
bisous
Estoy muy de acuerdo con usted, madame, la carta expresa resignación y aparte denota algo de tristeza y melancolía, al menos a mí me lo sugiere.
ResponderEliminarUn beso, madame.
Impresionante documento el que nos trae, símbolo de la resignación de Josefina pero al mismo tiempo de su sentido del deber para con el Imperio. Se necesitaba un herdero para dar continuidad a la dinastía, sin embargo el Imperio Napoleónico se derrumbaría ntes de que se pudiese plantear el problema sucesorio...
ResponderEliminarUn beso.
Sí, tuvo que ser un momento muy amargo para ella, ser arrinconada como un trasto viejo e inservible.
ResponderEliminarFeliz dia, madame
Bisous
Ella no tuvo elección, pero lo más triste es que a la larga de nada sirvió su sacrificio.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
MUY TRISTE Y ROMÁNTICO, QUERIDA MADAME, SALUDOS CARIÑOSOS
ResponderEliminarSaludos tambien para usted, madame.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Esto es como cuando "dimitió" Bismarck: una dimisión forzada. Las necesidades del Imperio se imponen a los afectos. Lo que no adivinaba Josefina es que su renuncia no sirvió de gran cosa.
ResponderEliminarUn saludo.
En Napoleón se dan, de manera paradójica, el desprecio a los reyes de su tiempo y la asimilación de los más estrictos intereses dinásticos. A mí,con todo, cada vez me parece un personaje más grande.
ResponderEliminarReciba mis saludos.
Así es. Josefina tenía que poner al mal tiempo buena cara, pero al final no le sirvió de nada la jugada al emperador.
ResponderEliminarFeliz tarde, monsieur
Bisous
No cabe duda de que fue insolito, aun con sus contradicciones, desde luego. Le perdió su propia ambición, como a tantos otros, pero llegó adonde nadie hubiera esperado.
ResponderEliminarFeliz tarde
bisous
Pobre mujer, se nota que fue muy dificil para ella esa situación.
ResponderEliminarBesos madame :)
Un ejemplo más de la raison d'etat sobre los imperativos morales, en este caso amorosos - o no-. Josefina se avino a un trato y lo hizo con una escrito en el prevalece su dignidad como consorte no exenta de una tristeza que puede percibirse entre líneas.
ResponderEliminarBisous y buenas tardes.
Me parece percibir un tono muy oficial y, por tanto, con las emociones ausentes. Creo que a ella debió mortificarle más dejar un trono que perder a un marido... Con todo, son tragos difíciles de pasar.
ResponderEliminarUn abrazo, madame.
Vaya documento nos trae, Madame. Dice Isabel que percibe un tono oficial... sí, pero se ven las lágrimas detrás. Uf.
ResponderEliminarFeliz tarde, Madame
Un texto muy formal y grandilocuente, supongo que sería un mal trago para Josefina, de todas maneras su lugar en la historia ya lo había conseguido.
ResponderEliminarBisous
Aparte de lo que pueda ocultar el trasfondo de esta carta, es un texto muy bello. Me ha sorprendido gratamente este documento, gracias por dárnoslo a conocer Madame.
ResponderEliminarUn abrazo :-)
Si son auténticos los sentimientos expresados, es un acto de altruismo. Pero si no...
ResponderEliminarReciba mis saludos, madame
Y tanto, madame Gema: fijese cuánto perdía con ella, y que humillación tan grande al mismo tiempo.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Efectivamente, madame Amaltea, una de las cosas que me gusta de Josefina es la dignidad con la que fue capaz de afrontar ese momento, y que mantuvo a lo largo de su vida. No es facil estar a la altura en momentos así.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
También debió de lamentar mucho dejar de ser emperatriz, por supuesto. Pero de todos modos ser repudiada como mujer no es plato de gusto. Recordarle que ya es vieja, un trasto inservible, que su tiempo ha pasado y que otra debe ocupar su lugar... Uf.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
bisous
Sí, así es, monsieur. El texto seguramente fue consensuado. Quién sabe cuántos papeles rompería antes de llegar a esta versión. Pero es inevitable que transparente el dolor.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Me impresiona una carta triste de una dama que no pierde la dignidad.
ResponderEliminarTexto redactado con emoción...y parece que con devoción.
Saludos Madame.
Sí, había llegado todo lo alto que se podía llegar. por eso era duro caer desde tan arriba. Era mucho lo que perdía con esa carta.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
bisous
Sí, es escueto pero hermoso. No olvida mencionar los sentimientos junto a los intereses.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur Pedro
bisous
Si no, un autentico drama, porque no tenía otra opción que aceptarlo. Un momento tremendo para cualquier mujer.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur Antorelo.
Bisous
Tal vez en esos últimos años fue cuando Josefina mostró precisamente más dignidad. Afrontó la adversidad correctamente, allá en su Malmaison.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur Manuel
Bisous
¿Era demasiado mayor? ¿Era su culpa no tener descendencia? Vaya una conveniencia... y la que renuncia tiene que ser la mujer. Vaya papeleta. El texto para mí es hermoso
ResponderEliminarUna carta obligada. Como ya comentas, no le quedaba otra opción.
ResponderEliminarPasad buena noche, madame.
Ya ve usted. No era su culpa, pero eso no le hacía servicio a Francia. Es la eterna busqueda del heredero. Ya vimos a qué extremos había llegado Enrique VIII unos siglos antes, cuando su esposa ya no podía darle ese heredero varón.
ResponderEliminarMuchas gracias y buenas noches
Bisous
Monsieur, Enrique, efectivamente, una carta que debió costarle muchas lagrimas. La más amarga de su vida.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
El odio que Napoleón sintió por los Borbones lo fue en parte por su aspiración a sustituir esa dinastía por la suya propia. Así que, Josefina sí, resignada, pero ante una especie de repudio necesario para casarse con María Luisa de Autria que sí le dio un hijo. Beso su mano.
ResponderEliminarSí, así es. Mas vale tomarse con resignación lo inevitable, monsieur.
ResponderEliminarEspero que ayer el correo llegara sin incidentes.
Buenas noches
Bisous
Esas eran las consecuencias con las que corrían estos seres , disfruto mucho con su blog; que descubrí hace poco ... es una especie de hallazgo divino!
ResponderEliminarMuy agradecida!
Saludos desde Buenos Aires.
Que valentia al enviar tales palabras al emperador, no se si serian dictadas, o realmente escritas de sus propias palabras y sentimientos...
ResponderEliminarDe todas maneras, Josefina, la Emperatriz, conservo la postura ante toda situacion...
Pienso que Napoleon queria dejar un heredero al trono imperial, para que los Borbones, no se apoderaran del trono de sus ancestros...
Queridisima Madame, beso su mano.
Muchas gracias, madame Luz
ResponderEliminarBienvenida!
Feliz fin de semana
Bisous
Spupongo que serían dictadas tras ser consensuadas después de muchas y largas conversaciones. No era algo que pudiera dejarse al azar. pero, efectivamente, Josefina conservó admirablemente la compostura.
ResponderEliminarNo, Napoleon no quería que los Borbones ni ningún otro se apoderara de lo que consideraba suyo, claro. pretendía crear su propia dinastía.
Feliz fin de semana, monsieur
Bisous
Creo que es toda una declaración de amor en toda regla; el sacrificio de una mujer que amaba, no me cabe duda, con todas sus fuerzas al gran corso. Feliz día. Melancolía nos deja usteda para empezar este frio fin de semana. Bisous.
ResponderEliminarInteresante documento, la renuncia de una mujer por intereses de estado, la renuncia manteniendo la compostura y los intereses de estado.
ResponderEliminarUn documento interesante y con historia en la política europea.
Un abrazo.
Monsieur, no se si realmente amaba, pero al menos se las arregló para dar la decorosa impresión.
ResponderEliminarFeliz fin de semana también para usted, monsieur, espero que no tan frio como pronostican.
Bisous
Debió de ser casi tan dificil como caminar erguida hacia la guillotina, monsieur. Menudo trago.
ResponderEliminarfeliz fin de semana
bisous
No sabemos lo que le pasaría por la cabeza a Josefina para intentar solucionar el problema, pero desde luego sea como fuere a mí me ha parecido una actuación impecable y generosa.
ResponderEliminarBisous madame
Desde luego pudo causar más problemas. Su reacción simplificó considerablemente las cosas.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
bisous
Una acertadisima accion de Josefina, (llena de dolor y resignacion) o un yerro mas del galo emperador madame
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana
Yo creo que o firmaba esa carta o Napoleón se la cargaba, así que no le quedó otra.
ResponderEliminarEl consiguió su heredero, aunque las circunstancias ya no permitieron que pudiera fundar su propia dinastía, como él hubiera querido.
ResponderEliminarFeliz sabado, monsieur
bisous
jiji, supongo que se acordó de Catalina de Aragón y no quiso terminar igual. Prefirió seguir el ejemplo de Ana de Cleves, mucho mejor para la salud.
ResponderEliminarFeliz dia, madame
bisous